Romántico, cadencioso,
suave y conmovedor, el bolero es un género musical cuyo origen se atribuye a
Cuba y sus raíces parecen estar en los compases de la contradanza del siglo
XVIII, con algunos elementos rítmicos en formas de composición que aparecieron
en el folklore cubano durante el siglo XIX: el danzón y la habanera. El típico
bolero cubano surgió alrededor de 1840 y se acepta como primero Tristezas,
escrito por el cubano José “’Pepe’’ Sánchez en Santiago de Cuba en 1886; aunque
algunos difieren de la fecha, lo importante es que esa pieza dio origen formal
al género, con el acompañamiento musical que denominamos “clásico” (guitarras y
percusión). El bolero evolucionó de música de cantinas y peñas, a música de
serenatas. Comenzaron a interpretarlos los tríos de guitarra, que definieron
toda una época; luego las grandes orquestas tropicales, las orquestas al estilo
big band y por último, verdaderas orquestas sinfónicas que darían forma al
acompañamiento musical del bolero que durante casi treinta años (1935-1965)
dominó, como género, el espectro musical latinoamericano.
Según el musicólogo
cubano Argeliers León, la música yucateca de México desempeñó un papel
importante en el nacimiento del bolero cubano, por la mezcla de rasgueado y
punteado que se introdujo en la isla a finales del siglo XlX, como un nuevo
estilo de acompañamiento en la guitarra, que se hizo muy popular en todos los
países hispanoamericanos, especialmente México, Puerto Rico, Colombia, Ecuador,
Perú, Panamá, República Dominicana, Costa Rica, Chile y Venezuela. Aunque
existen diversas teorías sobre el origen del bolero, alguna de las cuales
señala a Europa como la cuna del género, el bolero cubano del siglo XX en nada
se parece al del siglo XVIII europeo. La práctica señala a Cuba como la
indudable cuna del género.
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